La historia del sexo parte II

En nuestro artículo anterior hablamos de cómo eran las relaciones sexuales desde la época de las cavernas. Hoy  continuamos nuestro viaje  a través del tiempo haciéndonos preguntas acerca de la moralidad y del porqué de los tabús sexuales en la actualidad.

Hemos encontrado algunos apartados importantes de la historia que pueden explicarlo. Así, sabemos que hasta el siglo XVII había cierta libertad sexual, cuando el cuerpo del hombre y de la mujer se mostraba de forma natural; algunos incluso afirman que España era el país de Europa donde había más libertad sexual en esta época.

Con la llegada de la Época Victoriana, todo cambió de una forma radical. Así, desde finales del siglo XIX se empezaron a crear normas mucho más estrictas, de tal modo que en adelante sólo se permitieron las relaciones sexuales con fines reproductivos.

¿Entonces, qué pasaba cuando se producía una atracción sexual, plenamente natural,  antes o fuera del matrimonio?

Estas personas eran castigadas y no estaba permitido por la sociedad. Como consecuencia las parejas tenían más hijos y los hombres tenían actividades secretas, como el usar drogas (opio o cocaína),  frecuentar burdeles o tener amantes. Finalmente, toda la represión que se ejercía desde fuera,  se podía mantener en secreto en el interior de una habitación.

Podemos asegurar que los principales motivos de la existencia de los tabús sexuales que aún se mantienen han sido causados por no dejar evolucionar de una manera natural la sexualidad de cada persona, incorporando en la  memoria colectiva que los deseos sexuales son algo malo, qué no debemos hacer o hablar de ello. Aunque en el siglo XVIII hubiera una indiscutible preocupación por la decencia y el nivel moral, lo cierto es que no se preocuparon por pensar qué era mejor para la sexualidad del ser humano.

Las repercusiones de estas prohibiciones han durado hasta hace poco (la época de nuestros abuelos). Aunque no nos refiramos a castigos en sentido estricto, no se permitía usar anticonceptivos o tener relaciones antes del matrimonio (entre otras muchas). Y esto sin tener en cuenta que todavía, en muchas culturas en el mundo, se siguen produciendo todo tipo de represiones y castigos ante la sexualidad, sobre todo por motivos religiosos.

Algo a resaltar es que sólo a partir de los años 60 del siglo XX se empezó hablar de educación sexual por parte de las autoridades sanitarias; antes, la información no se compartía al público permaneciendo dentro de la esfera de la vida familiar. (Asociación Argentina de Protección Familiar (AAPF), federada a la IPPF -1968).

Romper estas estructuras, incorporadas psicológicamente en nuestra educación, no es una tarea fácil: por esto debemos siempre analizar nuestras propias relaciones y comportamientos sexuales de forma detallada, sin dejarnos influenciar mucho por  la sociedad que nos rige y, en el momento que veamos que algo que no está bien, pidamos consejos a personas de confianza y con buena formación en estos temas.

Stephan H Pfurtner escribió un compendio de los principios para una futura ética sexual, siendo éste uno de los más interesantes:

¨Sentido y medida de la moral sexual: El derecho a la felicidad sexual es parte del derecho fundamental del hombre a la FELICIDAD. Es el mandamiento supremo sobre el cual deben fundarse todas las conductas y las formas de moral consistentes en el predominio de la razón y el amor¨.

Sigamos avanzando positivamente en nuestra época, rompiendo paradigmas y tabús y, sobre todo, disfrutando de una vida sexual saludable!