El sexo es el mejor antidepresivo natural

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La alegría es un estado de ánimo que el ser humano busca diariamente. Llegar hasta él depende de varios factores. Uno de los más importantes es el sexo, que tiene la suficiente capacidad para intervenir en la forma que se afronta el día a día. Boston Medical Group, empresa líder mundial en salud sexual masculina, explica cómo influye el sexo en la felicidad.

Desde 2010, por iniciativa del colombiano Alfonso Becerra, cada 1 de agosto se celebra el Día Mundial de la Alegría, una invitación a reflexionar sobre la importancia de conocer y tener más presente este sentimiento en la vida diaria, cómo vivirla y cómo aprender a compartirla con quienes nos rodean. Tiene un poder transformador que genera beneficios personales y sociales en el ser humano. Es clave, por lo tanto, para enfocar la vida de otra manera. Pero, ¿cuáles son los caminos para alcanzar la alegría?

Una de las formas más efectivas es el sexo: influye positivamente en el estado anímico y la salud al liberar endorfinas, mejora la autoestima, actúa como un potente analgésico y sirve como herramienta para poder relajarse y descansar en la noche.

La esencia para entender la importancia del sexo está en el cerebro y en la circulación sanguínea. Las hormonas sexuales, presentes durante toda la vida de cualquier persona, influyen en el comportamiento en la cama. Estos neurotransmisores son los encargados de modular el estrés, las preocupaciones y muchos otros estados psicológicos. Y aunque la sexualidad se origina en cada uno, hay que tener en cuenta que siempre se desarrolla en pareja. Por este motivo, cuando se está triste, el sexo es el mejor antidepresivo natural.

Calidad mejor que cantidad

A pesar de la creencia popular, practicar más sexo no es sinónimo de mayor alegría. Los especialistas recomiendan concentrarse en la calidad de las relaciones sexuales más que en la cantidad de las mismas. En este sentido, la frecuencia no es lo importante sino el grado de satisfacción creciente que se consiga cada vez que se tenga un encuentro sexual.

El tamaño del pene tampoco implica que el acto sexual vaya a ser mejor, a pesar de que socialmente parezca que sea lo único que merezca la pena. De nada sirve la dimensión si finalmente no hay erección. Una fórmula que también se aplica a los preámbulos. En el acto sexual son un aperitivo necesario, pero lo indispensable para conseguir el clímax –y por tanto la felicidad– es la penetración.

Por eso, es fundamental atajar las complicaciones en la cama en cuanto aparezcan, para que el sexo sea lo más placentero posible y, de este modo, conseguir los efectos positivos que implican el acto, como por ejemplo la alegría de uno mismo y su pareja. Afortunadamente, a día de hoy la Disfunción Eréctil o la Eyaculación Precoz tienen tratamiento, con lo que ya no suponen un obstáculo para que el hombre disfrute de sus relaciones íntimas y, en consecuencia, de su vida en general.

Según el doctor Benítez, director médico de Boston Medical Group, “antes y durante el acto sexual se liberan endorfinas en el flujo sanguíneo. Estas hormonas, además de regular el sueño, crean un estado de euforia y una sensación de bienestar. Durante el acto también se liberan oxitocina, hormona que aumenta los niveles de serotonina, y dopamina, sustancias relacionadas con el humor y el bienestar. Por eso, la Disfunción Eréctil o la Eyaculación Precoz no deben ser un impedimento para ser feliz porque tienen tratamiento. Y cuanto antes se encare, antes se conseguirá esa alegria  que todo hombre merece”.

Por este motivo, el especialista insiste en que “una vida sexual activa aumenta la autoestima, proporciona estabilidad emocional y mejora las relaciones interpersonales. Además, el estado de relajación que se experimenta tras el acto sexual produce una sensación de alegría que ayuda a afrontar los problemas con una visión más positiva”.

En ese sentido, “el sexo es el reflejo de nuestra relación en el amor que se proyecta al mismo tiempo en la vida. Por ejemplo, si la experiencia sexual es divertida, esto afectará en el día a día, que se encarará con un comportamiento más optimista. Si, por el contrario, es más monótono o tenso, esto supone más frustraciones y mayor tristeza”.

 

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