El pene es el órgano copulador y el tramo final del sistema urinario encargado de la expulsión de la orina en el hombre. Consta de diferentes partes y tiene la característica de ser eréctil, por medio de unos cuerpos cavernosos que se llenan de sangre. A continuación, describiremos la anatomía del pene, explicando cuál es la función de cada una de estas partes.
Estructura del pene
Pueden diferenciarse hasta 13 partes en un pene humano. Cada una cumple con una función relacionada con la estimulación sexual y la eyaculación, así como con la excreción urinaria. Este es el nombre de cada una y su función:
- Cuerpos cavernosos. Los cuerpos cavernosos son dos estructuras tubulares y eréctiles que se llenan de sangre cuando se produce una erección. Son las encargadas de conferir la firmeza durante la excitación, llegando al máximo de su capacidad en el momento previo al orgasmo y durante este. Que los cuerpos cavernosos reciban la cantidad de sangre necesaria es fundamental para conseguir la erección. Si no llega la sangre suficiente se pueden generar episodios de disfunción eréctil ocasionales o permanentes. El tejido puede verse afectado por diversas causas. Cuando esto ocurre, una parte del cuerpo pierde su capacidad de elasticidad generando una curvatura hacia la zona rígida. Si esta es excesiva, puede imposibilitar las relaciones sexuales. Se puede rectificar mediante ondas de choque, ejercicios y otros tratamientos. En los casos más graves, la solución pasará por la cirugía. Un profesional estimará cuál es la solución más apropiada.
- Cuerpo esponjoso. El cuerpo esponjoso es una tercera estructura que se encuentra en la parte inferior del pene. La función de esta parte es la de amortiguar e impedir la comprensión de la uretra, el conducto encargado de la expulsión de los diferentes fluidos corporales durante la eyaculación y la micción. Al igual que ocurre con los cuerpos cavernosos, aumenta su tamaño durante la erección, también por medio de la sangre. Sin embargo, tan solo absorbe un 10 % de la sangre empleada en ese proceso.
- Uretra. La uretra es el conducto por el que se expulsa la orina en la micción y el semen en la eyaculación. En la parte final es más ancha para facilitar la salida del fluido. Aunque es un conducto de salida puede ser de entrada para infecciones y enfermedades de transmisión sexual. Por eso es siempre aconsejable el uso del preservativo, que en condiciones normales evitará los contagios. Entre las enfermedades más comunes están las piedras de riñón, que pueden obstruir total o parcialmente el conducto en su salida al exterior y la estenosis, un estrangulamiento que impide la salida de los fluidos y que puede causar dolor e infecciones.
- Vejiga. La vejiga es un músculo con forma de bolsa que se encarga de almacenar la orina tras su paso por los riñones. Su correcto funcionamiento proporciona la fuerza suficiente para expulsar la orina por la uretra. Cuando se debilita, se reduce el control sobre la salida de la orina, produciéndose pérdidas parciales o totales de la orina.
- Próstata. La próstata juega un papel vital en la reproducción masculina. Este órgano está pegado a la vejiga o bajo a ella. Realiza la función de almacenar y expulsar con fuerza el semen durante el orgasmo. En ella se acumula el líquido blanquecino y viscoso en el que se mezclan los espermatozoides y que se eyacula. Tiene una función adicional y es la de cerrar o presionar la vejiga para que la orina no se mezcle y contamine el semen. Si esta no funciona correctamente, se puede producir incapacidad para eyacular y problemas para contener la orina.
- Pene. Se considera que el pene es el conjunto externo del órgano reproductor y del urinario, que abarca desde la base del pubis hasta la parte final del miembro viril. Sin embargo, dado que hay otras partes diferenciadas, como el prepucio o el glande, también se puede referir a la parte que llega desde la base en el pubis, hasta el comienzo del glande. En este se encuentran los cuerpos cavernosos, el cuerpo esponjoso, parte de la uretra, venas, arterias y terminaciones nerviosas.
- Prepucio. El prepucio es una capa de piel que envuelve el glande y que se retrae cuando el pene está en erección, dejando a la vista el glande. Cuando el orificio prepucial es pequeño, se produce un problema llamado fimosis o parafimosis. En el caso de la fimosis, el prepucio no se retrae y no deja salir el glande, presionándolo y provocando dolor. En el caso de la parafimosis, el prepucio se queda por detrás del glande, estrangulándolo y provocando dolor. La cirugía el remedio más habitual.
- Glande. El glande es la parte final del pene y la más sensible. Cuando se produce la estimulación se hincha y se convierte en la zona más abultada del pene. En la parte inferior se une al prepucio por medio de un pliegue cutáneo llamado frenillo, que cumple la función de retraer y estirar el prepucio.
- Testículos. Son dos órganos ovalados que producen espermatozoides. Estos se mezclarán con con el fluido seminal y se produce el semen completo, que será expulsado en la eyaculación.
- Escroto. Esta especie de bolsa formada por piel y que cuelga de la base del pene, es la que aloja los testículos. Es muy fina y no ofrece protección ante los golpes o roces, por lo que es muy sensible.
- Epidídimos. Son dos tubos estrechos, uno por testículo, que transportan el semen hasta los los conductos deferentes.
- Conducto deferente. Los conductos deferentes son unos conductos musculares por los que pasa el semen desde el epidídimo hasta la uretra para mezclarse con otros fluidos y crear el semen completo. Cuando un hombre decide, por cuestiones de salud u otros motivos no tener más hijos, la ligadura de estos conductos resultan un medio sumamente efectivo, prácticamente infalible para no tener más descendencia. Es una operación rápida y sin apenas efectos secundarios.
- Vesícula seminal. La vesícula seminal produce el 60 % del líquido espermático. Se sitúa sobre la próstata, en contacto con ella, y deposita el líquido antes de la eyaculación. Este fluido mucoso está compuesto por diferentes sustancias nutritivas, como la fructosa, prostaglandinas y fibrinógenos, entre otros.