La primera fase es la excitación que consiste en el deseo sexual. Se trata de la etapa de la estimulación física y psicológica que impulsan la libido. En este punto es donde entra en juego la testosterona, una hormona sexual que hace aumentar los deseos y la excitación sexual.
En este momento los genitales se inflaman a consecuencia del flujo sanguíneo produciendo la erección del pene, el aumento del ritmo cardiaco, de la presión arterial y de la respiración.
La segunda fase es la de la meseta. Es una prolongación de la fase anterior pero con una excitación mayor. Físicamente los testículos crecen y se acercan al cuerpo.
Cuando un hombre padece de eyaculación precoz, esta fase (figura 1.), es mucho más corta e insuficiente para satisfacerse a sí mismo o a su pareja.
La última fase es la del orgasmo. Contracciones y espasmos musculares en todo el cuerpo, especialmente en los genitales, y finalmente el PNR (Punto de no retorno (figura 1.) donde se llega al orgasmo.
Estas son las fases de la respuesta sexual que experimentan los hombres. Después llega el momento del periodo refractario, en el que el cuerpo paulatinamente va recuperando la normalidad.
Una vez conocido el ciclo natural es importante que cada hombre conozca su cuerpo y cómo reacciona éste en cada fase del proceso. Solo de esta manera se conseguirá prevenir las patologías de salud sexual más comunes tales como problemas de erección (Disfunción Eréctil) y la Eyaculación Precoz. Para que estas patologías no se prolonguen en el tiempo y se agudicen es conveniente acudir al especialista, estas pueden solucionarse con hábitos de vida saludables y un tratamiento personalizado dirigido por nuestros médicos expertos.